Felices y consumistas fiestas
¡Oh, Navidad! Una gran época del año, ¿verdad? Los padres compran regalos a sus hijos para llenar sus vacías relaciones paterno-filiales y los jóvenes trabajan horas extra en Glovo. ¡Qué hermoso todo! Esto sería un mundo perfecto si los malditos rojos de mierda no quisiesen robarnos la Navidad mientras desayunan fetos.
Pero vayamos a lo importante. Todos esos perroflautas quejándose del Black Friday, del consumo descontrolado ese día… Pobres bohemios chabacanos. En Navidad hacemos eso multiplicado por el número de personas que han sido asesinadas por el comunismo. Qué sí, qué sí. Que el Black Friday es más concentrado porque es un día y eso. Pero seamos realistas. Hemos conformado las fiestas paganas del nacimiento de un mesías judío en torno a comprar un iPad a un señor con barba.
Pero ya no es algo económico. Ha trascendido a algo social. Por ejemplo, todos tenemos a ese amigo rarito que compra cosas en marzo. ¡EN MARZO! Claro, ahí automáticamente dejamos de hablar a ese sucio muggle de las Navidades por no haber comprado cuando Dios manda. En las festividades donde se permite y se insta a comprar bajo un supervisor autorizado. Es más. Hay gente que incluso desea la paz mundial durante todo el año. Pobres ilusos. Eso ya existe.
La cuestión es que la paz mundial no hay que pedírsela a Papá Noel. Bueno, en Navidades se llama así. El resto del año es el Tío Sam. Él es la verdadera figura de amor y regalos el resto del año. ¿Qué te has portado bien? ¡Toma salvación en forma de recortes! ¿Qué te has portado mal? ¡Toma bombardeo y golpe de Estado! Estados Unidos es el Papá Noel de la democracia. Es más, llega incluso más lejos; a países que el gordo barbudo no llega como Venezuela.
¿Qué te has portado mal? ¡Toma bombardeo y golpe de estado!
Pero tranquilos, tranquilos. No quiero joderos estas preciosas fiestas hablando de chavistas muertos de hambre. Me gustaría concluir mi último artículo de este maravilloso año con una reflexión. Comprad más. Pero no a la frutería de la Mari de la esquina. No, no. Ni mucho menos. Comprad en Amazon. Pero comprad de todo. ¿Que quieres un bolígrafo? En Amazon. ¿Un tronco de madera? En Amazon. ¿Hipotecar toda tu familia porque te has puesto enfermo y te han echado del trabajo al estar con un contrato basura? Bueno eso es en el Santander. Es que a veces los confundo.
¡Felices fiestas rojos de mierda!