Una marea verde recorre el país

Estamos en 2022, aun dentro de la pandemia de la COVID-19. Aún estamos en ella, pero no nos encontramos en la misma situación de 2020. Todos nos solidarizamos por aquel entonces con los médicos y a todos aquellos profesionales que estaba en primera línea. Incluido en esto, a los mismos profesores y otros trabajadores de la educación. ¿Se ha valorado y se ha construido o dado pasos para una educación de calidad? Vamos a verlo en los hechos.

Una de las condicionantes de las ayudas para la COVID era una reforma de las universidades. Si bien, es cierto que el modelo a seguir era ya caduco y la comunidad educativa ya pedía cambios, nos encontrábamos que la LOSU en lo principal profundizaba lo ya establecido por el Plan Bolonia: la privatización de la universidad. Concretamente, que la universidad española se integra como subsidiaria de los grandes centros universitarios y grandes multinacionales. La forma que esto se extendía era mediante la entrada de una mayor inversión a través del patrocinio privado, entre otras formas.

Hace un año se iniciaron las protestas, que aún está por ver como se resuelve. Pero de entrada han conseguido aspectos positivos como que el paro académico no penalice. También que se establezca la financiación de las universidades en el 1% del PIB. No obstante, esta lucha y la forma en la que se resuelva sigue aún en pie.

Partiendo de que la comunidad educativa ya ha conseguido mejoras en estos aspectos. Por ejemplo, que en la LOSU se hable de reducir los contratos temporales al 20%, e incluso una reforma del sistema de becas bajando el requisito académico, flexibilizándolo.

En otros ámbitos, la situación sigue estando en un tira y afloja. El gasto familiar en educación aumenta, especialmente donde falta financiación o se ha recortado. La educación sigue sin recuperarse del todo a los niveles de 2008. España es uno de los países de la Unión Europea con las ratios más altas. Nos encontramos que se ha prescindido en torno al 75% del profesorado de refuerzo COVID. Sin embargo, la COVID había mostrado que SÍ se puede garantizar una mayor educación bajando ratios.

No olvidemos que los recortes en educación solo han buscado favorecer el negocio de los fondos privados. Frente a esto la marea verde se ha estado movilizando. Nos encontramos con las movilizaciones de Madrid, pero también la ILP que propone la marea verde andaluza.

Estos recortes, esta deficiencia tiene un objetivo. Beneficiar a fondos privados, multinacionales, bancos. Que la educación se moldee a sus intereses, pero esto genera resistencias y también dichas resistencias han conseguido objetivos.

Desde estas páginas, hago un llamamiento a apoyar toda la lucha. Ya sea las movilizaciones de la Marea Verde Andaluza del próximo 22 de octubre, las que organiza el Sindicato de Estudiantes atendiendo a la salud mental el próximo 27 de octubre. Así como de cualquier colectivo.

Un apoyo a la unidad de la comunidad educativa para conseguir otra educación nacional, científica, democrática y al servicio del pueblo.

5/5 - (1 voto)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

CHISPA ROJA