Bar Lancaster

+¡Buenos Días Manolo!
-Hombre, ¡Cayetano! ¿Un chato?
+Con unas bravas
-Marchando!
+ ¿Has visto estos jóvenes, por ahí de botellón todo el día? ¡Es una vergüenza!
-Y que lo digas Cayetano ¿te pones en la terraza?
+Si, que así me refresco. Pero si no te importa no voy a usar la mascarilla, que no me deja respirar bien.
-En mi terraza no te la pongas. Que a mí me la suda, soy Manolo.
+Además, aunque sirviese de algo ¿para qué cuando estos ninis se saltan cualquier precaución? Juntándose cientos para beber como animales en un parque. Y encima ni siquiera escuchan buena música.
-La sociedad se va a la mierda, Cayetano.
+¡Eah! Porque no es solo la música, también las diversiones. Ahora en octubre se dedican a adorar al diablo y sacrificarle gatos, que lo he visto por el feisbus. ¿Y sabes porque es esto? Porque no les han enseñado el catecismo en el colegio como a todo buen cristiano.

-Como tiene que ser Cayetano ¿otro chato?
+Tráete la botella, que así ya me voy sirviendo yo.
-A mandar. Pues
+Pero claro, que vamos a esperar de esta generación de vagos. No tienen mentalidad emprendedora, solo quieren que les den paguitas.
-Ahí lo has dicho. Yo si pudiera despediría a Mamadou sin dudarlo, pero los jóvenes no quieren trabajar por lo que les pago.
+Si esque este país se hunde, tráeme otra botella.
-¡Marchando!
+Y va ir a peor, que con esto de las aulas cerradas sus títulos se los regalan. Aunque a ver, en verdad todos sabemos que a los niños de los gitanos y los moros ya se lo regalaban antes.
-Una nueva reconquista teníamos que hacer ¿Un carajillo?
+Venga, va. Y encima los muy descarados, salen a protestar. Que si la educación, que si la sanidad, que las pensiones y los pueblos ¿Qué me estáis contando payasos? ¡Si vosotros no habéis cotizado para ninguna de esas cosas ni pisado un pueblo en vuestra vida!
-Entre jóvenes vagos e inmigrantes este país se hunde Cayetano.
+Y todos con virus Manolo.
-Eah. Me voy a poner yo también un carajillo.
Se cayó por la borda directamente en el frente del este, desde donde emprendió la larga marcha, que se le hizo bastante corta debido al consumo de ron. Tan dilatada experiencia le permitió graduarse en historia, aunque es más de contar sus batallitas de viejo marinero.