La Casa de Papel vuelve a dar el golpe

La Casa de Papel: la fórmula se agota, dicen. Pero la quiere ver todo el mundo y en todo el planeta.

Los nuevos capítulos de la serie española ocuparon el primer lugar superando a ‘Juego de Tronos’. La banda liderada por El Profesor sigue siendo un fenómeno mundial. Multiplicó casi por 80 la demanda media en todas las plataformas digitales. Desbancó a “Juego de tronos” a nivel mundial, a “The Walking Dead” y a “Rick y Morty”. Tras abrirse al mundo desde Netflix, ya era una pica en Flandes. Cuando se invierte y apuesta por ello podemos competir con cualquier superproducción. Incluso en territorio vedado de grandes productoras, principalmente coto de EEUU. La Casa de Papel supone una demostración exuberante y descarada. Por actores, un elenco de varias generaciones que ha imantado a un público masivo. Desde los consolidados Najwa Nimri, Paco Tous o Fernando Cayo hasta las destacadas jóvenes Alba Flores y su ‘Nairobi’ o Úrsula Corberó disparando contra todo, pasando por Paco Alonso con un `Berlín’ estelar en la nueva temporada. Muy pocas ficciones son tan corales. Abundancia y calidad.

En el éxito obtenido está el trabajo decisivo de equipos de realización, producción y guionistas. Como Álex Pina y Javier Gómez, o Jesús Colmenar de director principal de rodaje. Lo generado alrededor del planeta es incomparable con cualquier otra serie de habla hispana. La primera posición en la India ya es un dato. Destaca especialmente en 66 países, al alcance de muy pocos títulos. En EEUU, también han arrasado en Francia, Pakistán, Rusia, Italia, Filipinas, Sri Lanka y Alemania. Un éxito global de audiencias millonarias sin precedentes. Demostración de la ficción española que deja dos verdades. Hay que valorar lo que tenemos sin esperar a los aplausos de fuera e invertir más en nuestra cultura pagando mejor.

Porque yo tengo una banda de rock and roll

Parte del éxito es por complicidad directa. Una banda de atracadores, precisa como un reloj, llena de planes B, cuyo objetivo es robar la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre en España. Imprimir 2.400 millones sin dañar a terceros. Fabricar su propio dinero. ¿El Banco Central Europeo también lo hace, no? En 2011 y 2012 fabricaron millonadas que fueron a manos de los bancos. Mientras nos trituraban a recortes en Portugal, Irlanda, Grecia, España y decían que no había dinero por la crisis. La gente ve en la serie el aspecto de lucha contra el orden establecido. ¿Quién va a ir con el CNI, la corrupción de estado, el FMI y el BCE? Aunque para cambiar un país a favor del 99% hace falta ganarse el apoyo y la participación consciente del pueblo. Cuestión que la serie no contempla.

Nadie es perfecto: otro factor de éxito

La banda es casi de parias del mundo. Compuesta por perdedores y dejados de lado por el sistema. Poco o nada que perder, identificables como gente de a pie. Los vemos en la calle y se reconocen en pantalla. Hasta el líder de la banda es un total inadaptado, sin carisma social, no sabe ni bailar y no se maneja en el amor.

Lo que siempre ha dictado el género es una banda de atracadores hombres. Aunque ‘El Profesor’ dirige la operación, las mujeres son protagonistas: lideran, muestran iniciativa, fiereza y nunca se quedan atrás. La Inspectora Murillo, y ‘Tokio’ a la que los fans reconocen como líder de la resistencia.

El apoyo mutuo es otro elemento anti-sistema de identificación masiva. El capitalismo difunde el miedo al de al lado, ellos empiezan como banda y terminan en familia. Se cuidan entre ellos ante las dificultades y crean lazos mayores. Algunos diálogos abordan aspectos sociales con sencillez: la mujer y sus libertades o las relaciones LGTBI. Algo resaltable ante el masivo público joven.

Por algo han volado las fronteras y tienen una legión de fans. Su disfraz fue el más imitado en el carnaval de Río de Janeiro. Su canción e insignia de la banda, el Bella Ciao partisano de la resistencia contra el fascismo nazi. Un himno revolucionario revitalizado hasta niveles que nadie soñaba.

Las malas lenguas y la quinta temporada

Las primeras temporadas se asentaron en una intriga destacable. Su planteamiento atrapa además de entretener. Capaz de sorprender. Guión y personajes con peso: singulares, contradictorios, más allá de estereotipos. Con más de antihéroes que de cliché gastado. La quinta temporada es un polvorín de explosivos gigante donde se celebra una orgía de pirómanos. Guerra espectacular e ininterrumpida, baja la intriga y el pulso cerebral entre ambos bandos. Hay quien le achaca que es previsible y pierde recursos, pero el festín de acción frenética también es un reto en cuestiones técnicas de alta complejidad y producción. Hasta Stephen King la incluyó entre sus favoritas. En la nueva temporada vemos a la banda contra las cuerdas. Los capítulos restantes: en diciembre con desenlace final. Sigue mereciendo la pena acercarse ella. El estatus es de serie de culto. Son cinco temporadas, si pueden: disfruten.

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