Somos Fridays For Future Málaga, La Juventud Por el Clima de nuestro territorio

La Juventud Por el Clima

Nuestras raíces como movimiento transversal

Desde la primavera de 2019 los viernes son un espacio de esperanza y de resiliencia climática. El mundo contemplaba perplejo a los jóvenes inconformistas que se lanzaban a las calles con el fin de reclamar justicia social y ambiental. Un movimiento juvenil y transversal se abría paso bajo las siglas FFF (Fridays for future). Éramos y somos nosotras. Nacimos del hartazgo del mundo que nos dejaban, hablábamos en presente y futuro. La primera semilla fue sembrada por una activista climática sueca, quien a más de 3000 kilómetros de nuestro país, la ahora una y mil veces citada, Greta Thunberg, logró aunar la capacidad de acción global bajo un mismo sentimiento de reivindicación urgente. Desde aquel febrero que ahora queda lejano, somos muchas las que continuamos regando y viendo florecer los frutos de las primeras victorias contra el cambio climático, pero sobre todo exigimos una respuesta conjunta y una estrategia compartida frente a la mayor crisis a la que la humanidad se ha tenido que enfrentar jamás.

El gran punto de inflexión planetario fue la movilización del 15 de marzo de 2019. Por supuesto, este sendero no lo anduvimos solas. De la mano de asociaciones estudiantiles que ya habían tomado acción un año antes, en septiembre de 2018. Sentamos las bases del primer movimiento ecologista juvenil en nuestro país que lograba introducir el concepto de emergencia climática en la agenda política y social de España. Fue precisamente así como dimos paso a Juventud por el Clima España.

Las fotografías de los jóvenes de toda la geografía española quedaron grabadas en la memoria colectiva de nuestro país. En el caso de Málaga gracias a la colaboración de la Alianza Malagueña por la Emergencia climática y ecológica, logramos llevar a cabo la primera sesión organizativa del movimiento en nuestra ciudad. La Invisible cedió el espacio y sus paredes contemplaron el origen de Fridays a nivel local. Las reuniones se convirtieron en periódicas y la motivación en una constante.

Aquí y ahora, hemos venido para quedarnos

Comenzábamos a tomar voz en muchas localidades, la continuamos usando como megáfono. Sin lugar a dudas, uno de los logros de la ciudadanía y del asociacionismo ecologista ha sido la declaración de la emergencia climática a nivel local. El 24 de septiembre de 2019 y a nivel estatal, el 21 de enero de 2020. Hacer manifiesto el deseo de transformación justa y equitativa es inexorablemente un paso, sin embargo, han sido pocos los cambios reales que hemos apreciado. La crisis climática demanda y reclama una respuesta momentánea y eficaz. Pero la reacción política se ha visto considerablemente mermada debido a la crisis producida por el COVID-19. Todos los pasos hasta ahora dados como la prohibición de plásticos de un solo uso a partir de 2021 se encuentran ahora cuestionados. El retroceso es latente. Entender esta pandemia como parte de las consecuencias de un sistema productivo obcecado en el beneficio económico y no en la necesidad de urdir una red de cuidados que posicione la vida en el centro conforma otro tipo de pandemia tendente al inmovilismo social y al negacionismo climático. La naturaleza demanda decrecimiento, un mejor uso de nuestros recursos productivos y especialmente una visión de futuro sostenible.

Quizás la duda reside en el modus operandi. La desafección política ha propiciado que el movimiento social quede relegado a un segundo plano. Sin embargo, afortunadamente, poseemos herramientas a nuestro alcance y sabemos cómo combatir la injusticia social y climática. La iniciativa ciudadana europea (ECI son las siglas en inglés) conforma uno de los más importantes instrumentos de la democracia participativa desarrollado por la Unión Europea. Las peticiones son concisas y claras, cumplir con los acuerdos ya firmados y avalados y especialmente hacer un llamamiento a la Comisión Europea con el objetivo de fortalecer las acciones intrínsecas a la declaración de la emergencia climática y que estas cuenten con un soporte económico robusto. El cambio debe ser institucional, pero de igual manera el sector privado debe tender puentes. Las formas de producción y consumo propiciadas por las grandes superficies y multinacionales corrompen la vida, la enajenan y la vuelven incompatible con el presente y el devenir inminente. En última instancia y ante la propia inacción institucional y empresarial. Y aunque se asemeja a lo sorprendente el porvenir parece quedar relegado al ego, una vez más a lo individual. Finalmente si algo esclarecemos es que actuar es el infinitivo más urgente en el panorama global.

Por un verano de eco-activismo responsable

Nos encontramos ante un contexto difícil de encarar en lo que refiere al activismo mundial. Con el virus aún en circulación y el rumor esperemos no certero de un posible rebrote nos vemos obligados a mantener la distancia social. Por tanto, toda actividad reivindicativa tiene que ser reconvertida. Ya no cabe opción de aspirar a grandes manifestaciones y algunas que se nos quedaron confinadas durante la cuarentena tuvieron que permutar a vías telemáticas.

Por otra parte, ahora que las calles empiezan a recobrar la vida perdida, nos planteamos cómo retornar a la acción presencial. El movimiento ciudadano se ha convertido en una necesidad de extrema urgencia y nos hemos visto en la obligación de desarrollar nuevos mecanismos de acción. Las sentadas son siempre una buena opción con el fin de recordar nuestras réplicas. Por otro lado, la formación conjunta es una prioridad para las miembros por lo que crear un forum de cine comprometido por la lucha ambiental cobra ahora más sentido que nunca. El contacto con nuestra naturaleza más cercana y con nuestras áreas verdes permiten que la lucha ecologista se convierta en una realidad palpable. Es por ello, que organizaremos actividades como un tour botánico por el Paseo del parque que propiciará la creación de sinergias y redes con otros colectivos, ya que corremos el peligro de mantenernos rezagadas tras el confinamiento. Aunarnos, trazar sendas, tender manos, en definitiva retomar la actividad con ímpetu.

Si algo ha demostrado y puesto de manifiesto el confinamiento es que la unión hace la fuerza. Por lo que colaborar con 2020 Rebelión por el Clima a nivel local e implicarnos para impulsar nuevamente a la Alianza Malagueña por la Emergencia Climática constituye una prioridad.

Como organización local pretendemos y es esta precisamente nuestra responsabilidad denunciar fehacientemente planes como la construcción de un campo de golf y complejo urbanístico en uno de nuestros pueblos vecinos costeros. Nerja, más concretamente en los acantilados de Maro. Este periodo de recesión no puede bajo ningún concepto suponer el pretexto para la destrucción de parajes naturales y ecosistemas como el de Maro. Tras el decreto ley del ejecutivo andaluz que modifica de una tacada casi tres decenas de leyes de protección medioambiental y justicia social. Alzamos la voz por una nueva normalidad más justa y más respetuosa con la vida circundante.

La Juventud Por el Clima, La Juventud Por el Clima ,La Juventud Por el Clima

Sé parte del cambio ¡Únete a Fridays de tu territorio!

Si algo nos caracteriza en Fridays es nuestro carácter abierto y horizontal. Cualquiera es bienvenida a deconstruirse y aportar. Contacta con el Fridays de tu territorio, acércate a una asamblea y reinventa. Os dejamos con el último párrafo del libro El mundo que nos dejáis del activista ecologista Lucas Barrero que estamos seguras que os dejará con el gusanillo de creer que otro mundo es posible.

Tú eliges dónde quieres estar: puedes ayudar a los que dan la espalda a este hermoso mundo hiriéndolo (basta con no hacer nada) o puedes unirte a nosotras y ponerte manos a la obra para hacer algo que abrace mucho más de lo que alcanza la dimensión individual de nuestras vidas.

Fridays For Future Malaga
Justicia climática y social.

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