Nuestra vida como niños refugiados en Europa. Entrevista a Silvia Venegas.

Nuestra vida como niños refugiados en Europa.

Silvia Venegas es directora y productora de cine documental. Es académica de la Academia de Cine Europeo y de la Academia de Cine de España y junto con Juan Antonio Moreno montaron Making Doc en el 2010. Desde entonces ha realizado distintos reportajes de temática social.

Su última producción, “Nuestra vida como niños refugiados en Europa”, recibió el premio Goya al Mejor Cortometraje Documental y es candidato a los Premios de la Academia® de Hollywood en la categoría de Best Documentary Short Subject.

En 2010 creaste la productora Making DOC junto con Juan Antonio Moreno. Desde entonces habéis producido en conjunto documentales de temática sociales como Arte por prescripción. ¿Qué os llevó a montar esta producción?

El director Juan Antonio Moreno y yo siempre hemos tenido interés por crear documentales de temática social donde las personas sean los verdaderos protagonistas. Empezamos a trabajar juntos en documentales que realizamos en Kosovo y Sierra Leona, y después decidimos crear Making DOC para producir nosotros esas películas.

“Nuestra vida como niños refugiados en Europa” ha dado voz a los niños refugiados. ¿Qué causas son las que los llevan a huir de sus países?

Las niñas y los niños que aparecen en la película han huido de países como Siria, Afganistán, Irán, Congo o Iraq por los conflictos armados que hay en esos países.

También se menciona en el documental que se enfrentan a unas trabas burocráticas y una desconfianza e inseguridad bastante alta. ¿Hasta qué punto llegan a bloquear los distintos gobiernos las posibilidades de estos niños?

La espera y la incertidumbre desgastan a los niños. En muchas ocasiones los Gobiernos que tienen el deber de protegerles no les da una respuesta clara sobre cómo será su situación o hasta cuando deberán esperar. Después de un viaje peligroso, muchas veces traumático, tienen que seguir en alerta y sin poder descansar en un destino definitivo.

Igual que han surgido movimientos xenófobos y racistas a lo largo de estos años, también lo han hecho los de solidaridad con los refugiados. Ejemplo de esto lo podemos ver con la campaña #RefugeesWelcome o personas como Carola Rackete. ¿Cómo ha respondido la ciudadanía ante estas injusticias?

Me gustaría destacar el movimiento que aparece en el documental, que defiende a los menores refugiados para que no sean expulsados cuando cumple 18 años en países como Suecia, Alemania o Finlandia. Este movimiento está liderado en muchos casos por jóvenes refugiados. Incluso algunos de ellos con residencia en el país, pero que consideran injusto que expulsen a otros jóvenes que no han tenido tanta suerte como ellos. Son personas valientes que participan en la lucha y en la defensa de los derechos de los demás. Para ellos sería más cómodo quedarse callados, pero prefieren alzar la voz por sus compañeros.

Últimamente se ha señalado y demonizado a estos menores, poniéndolo como ladrones y alborotadores en el mejor de los casos. Aunque los casos dicen otra cosa. ¿A qué problemas se tienen que enfrentar los menores? 

El ruido ha intentado manipular la realidad uniendo menores refugiados, delincuencia y violencia en una sola frase. Los menores son muy conscientes de esta percepción. En el documental un niño de 9 años dice que cuando llegó a Grecia todo el mundo le abrazaba y ahora se alejaban de él porque dicen que los afganos hacen cosas malas. La criminalización de estos menores es una manera de deshumanizarlos para que la sociedad no sienta empatía hacia ellos. Para que la ciudadanía no sea consciente que sólo son niños que necesitan protección.

“Nuestra vida como niños refugiados en Europa” es candidato a los Premios de la Academia de Hollywood en la categoría de Best Documentary Short Subject ¿cómo valoráis este recibimiento?

 Para nosotras la candidatura es ya un sueño, pero sobre todo es conseguir que el documental llegue a más personas. Nuestro compromiso con los protagonistas del documental es que íbamos a dar a conocer sus historias, y ese el compromiso que queremos seguir cumpliendo.