Jaén merece más
Parece que todo se centra en las llamas de los contenedores y motos por la gran vía de Barcelona. Bajo el caso mediático de Hasel, hay una provincia que resiste a la despoblación. ¿Solo una? Son muchos los pueblos y provincias que luchan por su futuro y hoy le toca a Jaén.
Partamos de base, se ha condenado a Andalucía a estar por debajo de su potencialidad. Siendo una comunidad rica y la cuarta que más contribuye al PIB de España, es de las más pobres. Esto se acentúa en Jaén. Cáritas advertía antes de la crisis que la pobreza se cronifica en la provincia.
Antes de la pandemia, Jaén formaba parte de las 20 provincias más despobladas, perdiendo cada año en torno a 5000 habitantes.
Si Jaén está sufriendo esto no es por falta de recursos. La situación en la agricultura y ganadería viene por las draconianas imposiciones de la UE, principalmente. Esto arruina a pequeños y medianos productores.
Para más inri, en el sector del aceite de oliva han puesto sus manos el capital extranjero. Deoleo, por ejemplo, un 56% de sus acciones lo tiene la CVC Capital Parnet. Decisión que tomaron los bancos accionistas como Caixabank, Unicaja o Bankia. No solo hay un empobrecimiento, sino que la riqueza que se genera se está pasando al capital extranjero.
La educación y la sanidad se vieron gravemente afectados, incluyendo cierres en las zonas rurales, por los recortes.
Esto son solo algunos de los aspectos de la despoblación y varios de los motivos que llevó a que naciera Jaén Merece Más. Una coordinadora de más de 150 organizaciones sociales que lucha contra esto, al estilo de Teruel Existe o Soria Ya.
Esta plataforma lleva semanas movilizándose contra el abandono de Jaén. Uniendo a amplios sectores de distintos ámbitos. Desde organizaciones sociales y sindicales al propio obispo de Jaén, que también hizo un llamamiento para apoyar las últimas movilizaciones.
Más que nunca hay que apoyar estos movimientos que se dan. Especialmente porque hay capacidad para evitar la despoblación en las zonas rurales. Para redistribuir la riqueza hace falta invertir recursos y combatir la despoblación, que es el iceberg del saqueo y degradación.