El viejo cuento del Estado que sirve a burgueses y proletarios

Hoy día muchos pensadores que se dicen de izquierda atacan como dogmática y caduca la construcción de un Estado al servicio del proletariado. Siendo la única solución la “radicalización de la democracia” con un Estado que sirve por igual a explotadores y explotados. Rascando un poco la chapa de pintura de esta novísima tesis descubrimos, no solo que es una completa mentira. Sino que además es exactamente la misma tesis que Marx y Engels tuvieron que combatir hace ya 150 años contra los socialistas utópicos.

Y es que este fue uno de los principales combates que tuvo que dar Marx, la cuestión del Estado y su carácter de clase. Para Marx, “el estado es un aparato de dominación de una clase sobre otro”, es decir, está al servicio de una clase, la clase que tiene el poder. No partir de aquí supone en los hechos borrar el carácter antagónico que tiene el Estado.
Este combate es el que recoge la “Crítica al programa de Gotha”, una crítica al programa político del Partido Socialista de Alemania. Surgido por la unión entre el Partido Obrero Socialdemócrata y los socialistas utópicos de la Asociación General de Obreros Alemanes, en la ciudad alemana de Gotha. Tal unión se hizo de una forma oportunista, aprobando por el nuevo partido un programa totalmente derechista. Marx lo denunció como un “Chalaneo de principios” , asegura que “nos es del todo ajeno este programa de principios”, afirmando que “tener el deber de no reconocer, ni siquiera mediante un silencio diplomático un programa que es absolutamente inadmisible”.

Esta batalla no es poca cosa, pues el Partido Socialista de Alemania llama a los obreros alemanes a renunciar a la toma del poder, porque es innecesaria ya que “El Estado debe hacerse cargo de la producción y la distribución en beneficio de toda la sociedad”, como si éste no interviniese ya. Lo que hacen, al igual que muchos de los pensadores de izquierda actualmente, es borrar que Estado esta al servicio de una clase. Pretender que sea un elemento neutro que sirve a ambas clases, conduce inevitablemente a la renuncia de que los explotados y oprimidos puedan tomar el poder, dirigiendo a los revolucionarios a luchar por todo menos por transformar el mundo de base y acabar con la explotación.

Como plantea Marx en “la Crítica al programa de Gotha”. «El Partido Obrero Alemán exige, como base espiritual y moral del Estado: 1. Educación popular general e igual a cargo del Estado. Asistencia escolar obligatoria general. Instrucción gratuita” (…). Eso de «educación popular a cargo del Estado» es absolutamente inadmisible. ¡Una cosa es determinar, por medio de una ley general, los recursos de las escuelas públicas, las condiciones de capacidad del personal docente, las materias de enseñanza, etc.,..velar por el cumplimiento de estas prescripciones legales mediante inspectores del Estado, y otra cosa completamente distinta es nombrar al Estado educador del pueblo! … Sobre todo en el imperio prusiano-alemán (y no vale salirse con el torpe subterfugio de que se habla de un «Estado futuro»; ya hemos visto lo que es éste), donde es, por el contrario, el Estado el que necesita recibir del pueblo una educación muy severa.”

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